Sentirse siempre acompañada

Para casi todas las mujeres, tener un bebé supone el desarrollo absoluto como mujer. Sentir como nace y crece una nueva persona en tu interior es una experiencia que para muchas no puede ser única. Quizás esa sea la principal razón por la que una mujer decide repetir.

Si es cierto que muchas no tienen un buen período de gestación, para algunas supone un verdadero calvario de vómitos, máreos, malestar general, y no hablo de sólo los primeros meses, porque algunas mujeres vomitan hasta que paren.

Una etapa maravillosa para la mayoría

Sin embargo, todo ese “sufrimiento” desaparece al ver la cara del bebe. Todo lo arregla, ya no te acuerdas y te compensa haber pasado por todo eso.

Para las más afortunadas, el embarazo supone la mejor etapa de la vida, en la que engordar es síntoma de alegría (cuánto echamos de menos esa sensación después), síntoma de que todo va bien. Y hasta el final nos sentimos acompañadas, aunque estés sola, siempre será el bebé y tú.

Esa sensación de compañía es tan especial que nada se le puede comparar.

Aspectos grises del embarazo

Pero no todo es maravilloso en el embarazo, surgen dudas, sensación de incertidumbre, en cada embarazo, porque cuando es el primero porque no sabes a lo que vas, y si es el segundo porque igual no te acuerdas de todo lo que pasó en el primero o porque no sabes cómo va a aceptar tu hijo al nuevo miembro de la familia.

Y no todo acaba con el nacimiento, el cuidado de un bebé también tiene su miga, porque todo el mundo se creerá con derecho a opinar sobre lo que tienes que hacer o deshacer, pero hazme caso, la única que sabe qué es lo mejor para tu hijo o qué le pasa a tu hijo eres tú.

Tener un hijo es toda una aventura que empieza en el mismo momento en el que se confirma que estás embarazada y ya no acaba, porque tener un hijo es un compromiso de por vida, el compromiso más importante de tu vida.

Descubrir qué nos depara esta aventura es todo un misterio, porque cada niño es un mundo.