Granja escuela: para la educación de los niños

Nos encontramos en medio de una época en que los niños parecen haber nacido con capacidades superiores, como si producto de la evolución hayan tenido poderosos avances en cuanto a su forma de ver y analizar el mundo. Puede deberse al poderoso estímulo que reciben del entorno. Así que, una granja escuela les regala un poco de sosiego.
Los ambientes naturales tienen la particularidad de regalar tranquilidad y aire fresco, dos propiedades que no son tan fáciles de obtener en los entornos urbanos en medio de tanto ajetreo. Incluso los niños desde temprana edad comienzan a adquirir responsabilidades escolares, lo que hace que también necesiten descansar.
Pero para los pequeños el descanso suele ser una palabra aburrida y solo para adultos, por lo que más bien se trata de poder esparcir sus mentes y alejarles un poco de las redes sociales, los aparatos electrónicos y las obligaciones que les impone la escuela. Todo lo anterior es parte fundamental de sus vidas y formación, pero el balance puede agregar mucho valor.
Y cuando mencionamos el balance, nos referimos a estar concientes del mundo maravilloso en que vivimos, muchas veces maltratado por nosotros mismos. A pesar de que nuestros hijos están altamente empapados de los cuidados para el medio ambiente y las consecuencias de dañarlo, unos días en medio de la naturaleza, les viene muy bien para reforzar su educación.
Es el caso de una granja escuela, todos sabemos que en estos lugares se prestan para hacer muchísimas actividades, tanto para mantener el lugar como para desarrollar actividades que incentiven la imaginación y la creatividad de los pequeños.
Unos días disfrutando de un ambiente diferente y de la compañía de otros niños, logra reforzar valores como la independencia, el trabajo en equipo, la solidaridad y el cuidado por nuestros recursos naturales.